Desde pequeños nos enseñan a comenzar por el principio, pero cuando se trata de autismo en República Dominicana ese punto de partida no está claro.
El pasado dos de abril se celebró el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, pero la falta de un norte hacia un cuidado apropiado y oportuno para las personas con esta condición, la carencia de cifras fiables y otros puntos que desglosaremos en lo adelante demuestra que este día nos sorprendió en República Dominicana, como decimos, “asando batata”.
De acuerdo a un informe de la Fundación Dominicana de Autismo, que a su vez toma estadísticas de 2008 de los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), la población con autismo superaba para ese entonces los 100,000 en el país.
“Se determinó que una aproximación no exacta del porcentaje es 1.14% de la población dominicana, arrojando un total de 107,676 personas con TEA aproximadamente”, indica la Fundación en su página web.
No obstante, en el censo de población y vivienda más reciente realizado en 2022, ni siquiera se apartó una casilla o un grupo de preguntas para indagar en las necesidades especiales de la población.
Si eso es con los números, que permitirían trazar una política en materia de salud que dé al traste con una mejor atención para este segmento población, qué esperar de los profesionales que se necesitan para un diagnóstico acertado, la orientación a los padres y la preservación de su salud mental cuando reciben la noticia de que uno o varios de sus hijos están dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Desde la sospecha inicial, pasando por las consultas con neurólogos, otorrinos, los estudios de laboratorio, las pruebas ADOS, ADI y demás, en nuestro país no está establecido el procedimiento a seguir para una intervención temprana a quienes tienen esta condición, que crece cada vez más en el mundo.
En febrero pasado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó una investigación para determinar por qué han aumentado los casos en los últimos 10 años cuando se presentaban en uno de cada mil niños, pasando ahora a uno de cada 36.
En la actualidad con la masificación de la información, en República Dominicana podemos conocer más acerca del autismo, y de la mano con el aumento de casos se han tomado algunas medidas por parte de las autoridades para hacer frente a este incremento, pero se siguen quedando muy cortas respecto a la realidad que viven miles de familias.
Pero, ¿qué es exactamente el autismo? Pudimos conversar con el especialista en neurología funcional, Rodrigo González, quien vino a República Dominicana desde México para orientar a familias y brindar tratamiento de última generación, y nos explicó en simples palabras de qué se trata.
“El autismo es una deficiencia de conectividad en el hemisferio cerebral derecho”, al indicar que no se trata de un trastorno genético o fisiológico, por lo que no se puede detectar a través de imágenes de la estructura del cerebro, sino de estudios más profundos.
Generalmente, la primera visita que se recomienda a padres de niños que presentan algún retraso en el neurodesarrollo es a un neurólogo, que indicará pruebas como electroencefalograma y resonancia magnética, que en caso de que arrojen que toda la estructura cerebral está en pleno funcionamiento, analizará el sistema auditivo para confirmar que el niño percibe los sonidos como cualquier otro.
Cuando se confirma que físicamente el organismo funciona correctamente es momento de evaluar otros aspectos.
“Lo que necesitamos realizar es pruebas objetivas tangibles. Sí, hay cuestionarios para identificar áreas de oportunidad para mejorar, pero lo más importante es saber cómo responde el cerebro a los reflejos primitivos porque el único factor común que tienen los casos de autismo es la inmadurez de estos reflejos en la infancia”, agrega González.